El Caso Animosa: ¿Demandar a Instagram es posible?

Este caso que aquí os relataré es uno que ha caído en mis manos hace poco más de unas semanas y que procedo a contaros teniendo el permiso expreso de la empresa y de la fundadora Mónica de Animosa (Alma y Coraje, S.L.) para su divulgación. Mónica fundó esta empresa en Vigo que se dedica a la venta online de camisetas y demás productos con una línea editorial y valores muy claros: ensalzar las figuras femeninas en la Historia. Animosa, está convencida y orgullosa de sus valores feministas y así los proclaman en sus productos, deshaciendo la opacidad de figuras históricas femeninas y volviendo visible aquello que, durante muchos años e incluso a día de hoy, era invisible. Pues bien, como cualquiera de nosotros haríamos, para vender sus productos, Mónica creó una página web y decidió abrir una cuenta de Instagram que, a través del tiempo e invirtiendo dinero en publicidad, llegó a más de 21.000 seguidores en esta famosa red social. Hasta aquí, todo fantástico, puesto que Mónica vendía sus productos a través de Instagram y su página web. 

 Como ya te estás imaginando: ahora llega el desastre. En 10 de noviembre Mónica recibe un mensaje en el gmail en el cual le advierten de que ha vulnerado criterios de Instagram y que su reciente publicación será borrada. En ese punto y fruto de su desesperación, la fundadora de Animosa abre el link que daba esta mala noticia y: se convierte en víctima de un hackeo. El hacker se adueña de la cuenta, la renombra y le cambia la contraseña. En ese momento, Mónica decide contactar con su agente de Facebook adds, vamos, el agente de publicidad de Instagram y Facebook y trata de hacer todo el procedimiento de recuperación de su cuenta. Paralelamente, inicia una denuncia vía policial y, los mismos agentes, le piden a Mónica que no envíe dinero fruto del chantaje de los hackers para recuperar la cuenta, pues normalmente no la devuelven incluso si pagas. Después de intentar hacer todo lo posible vía Instagram para recuperar su cuenta y toparse contra un muro, decide contratar un servicio técnico, es decir, una empresa de informática que se dedica a prestar servicios cómo, por ejemplo, de recuperaciones de información y cuentas. 

 Con este dramón servido, Mónica se encuentra que Instagram se niega a devolverle la cuenta y tampoco tiene esta plataforma ningún servicio real de recuperación frente el hackeo. Tampoco la empresa privada contratada a tal efecto pudo hacer nada. No hay opción para Mónica, nadie le aporta ninguna solución frente a este gran agravio. Ahora hablemos de cifras, juristas: Mónica, solo en el año 2020 se gastó más de 8.000 euros en publicidad en Instagram para vender sus productos. En 2021, en plena campaña de Navidad, es cuando suceden los hechos, así que imaginaros las pérdidas que se han generado para Animosa. Y aquí es donde entro yo y Mónica me busca para poder encontrar una solución a su caso 

 En primer lugar, siempre deberemos buscar la jurisdicción aplicable si estamos delante de un problema internacional. Pues bien, en las condiciones de uso de Instagram, se especifica que si el problema se presenta como una persona física (entendiendo la aplicación de foro de protección y a través de la ley 1/2007 de Consumidores y Usuarios) la jurisdicción será, sin duda, la residencia del demandante. Aquí vamos bien, dado que la cuenta de Instagram en la actualidad, por mucha posesión que tenga el hacker de ella, se trata de una cuenta personal y así la trató el grupo META (Facebook e Instagram) puesto que el hacker se aseguró que fuera una cuenta personal con tal de que Mónica no pudiera tener de nuevo acceso. 

Aquí un pequeño consejo: las cuentas personales no gozan de un buen nivel de seguridad dentro del sistema de Instagram, por tanto, son casi irrecuperables. De ahí que el hacker quisiera hacer el cambio justo cuando tuvo acceso a la misma. 

 Apuntaros eso, juristas. Las cuentas personales son más difíciles de recuperar, pero, en el caso que haya algún problema con Instagram, tenemos un foro de protección que nos brinda el Derecho Internacional Privado en el caso de proceder a una demanda. Así, como todo en la vida, no hay blancos ni negros, estamos siempre en una escala de grises a nivel legal. Otra forma de llevarnos la jurisdicción hacia nuestro Estado será, sin duda, hablar de las condiciones abusivas. Hasta hace escasos años, si querías litigar contra Instagram te tenías que ir a California-USA. Claro, Europa entendió que esa cláusula era abusiva y, cuando la cambiaron y determinaron que la sede en Europa sería Irlanda, creyeron que ya lo estaban haciendo bien. Pero no, sigue siendo abusivo que esté en Irlanda y no puedas litigar desde España, dado que Instagram ofrece sus servicios en España. Por ello, alegar esa abusividad podría ser una de las fórmulas para que pequeñas empresas en determinadas circunstancias puedan hacer uso de su jurisdicción. 

 Ahora que ya sabemos dónde reclamar, deberemos saber qué reclamar. Ahí nos encontraremos con varios problemas. Mónica, fiel a sus cometidos con Hacienda, abrió una empresa para poder facturar legalmente aquellos productos que vendía a través de las redes y de Internet en general. Por ello, todo el dinero que se puede alegar que se gastó en la red social es a nombre de una empresa –aunque ella sea la propietaria de la misma-. El lucro cesante, o mejor dicho en este caso, los daños que Mónica ha sufrido, los tendremos que entender como la infraestructura de su cuenta personal y de la pérdida de las ventas –tanto desde el momento del hackeo, hasta la fecha, pues la cuenta sigue sin estar recuperada-. 

 Imaginaros en qué situación más compleja nos encontramos. Y es que ni el Derecho Civil ni el Derecho Internacional Privado parecen estar de nuestra parte. Demandar a Instagram es ir contra gigantes, pero se debe intentar. El caso de Animosa con Mónica no es el único que se ha visto afectado por los hackers. Estos se infiltran en Instagram de una forma muy fácil y la red social no está dando la talla en su sistema de seguridad, por lo que, si eres como Mónica que has estado pagando publicidad en Instagram, mereces ser tratada como un cliente más, pudiendo exigir si el sistema no funciona. 

 Tenemos el deber de pedir responsabilidad a aquellas plataformas que, a día de hoy, son un indispensable para poder hacer crecer tus ideas. Instagram no se puede permitir que los hackeos sean constantes y que, además, el sistema de recuperación de cuentas sea sumamente complejo, innecesariamente lioso y con una ratio de éxitos muy baja. Si la plataforma se basa en la compraventa de nuestros datos y gana unas cantidades de dinero astronómicas, por ello, como mínimo, debe estar a favor de sus clientes o consumidores con tal de dar respuesta a estas situaciones de injusticia.